El invierno más frío se adelantó antes de tiempo, dejándose notar en la provincia de Ourense con temperaturas de hasta -6 grados en la localidad de Calvos de Randín. Gélidas jornadas donde el termostato le costaba alcanzar los cero grados, convirtiendo a la provincia orensana en el gran congelador gallego del fin de semana.
Calvos de Randín fue el gran protagonista de un sábado donde a las ocho de la mañana donde el mercurio marcaba la cifra de -6 grados. Un enclave que no fue el único con temperaturas similares ya que en Baltar y Verín los termómetros cayeron a los -5 grados, mientras que en Xinzo de Limia se aproximaron a los -4º y en Viana do Bolo se alcanzó a los -3º.
Este descenso vertiginoso de las temperaturas se profundizó, de igual manera en espacios de la alta montaña ourensana, con cifras cercanas a los -3 grados.
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